Hola! como sabéis me dedico a entrenar y a mejorar la forma física de muchas personas tanto en entrenamientos personales como en clases colectivas.
Mi trabajo no sólo se reduce a marcar ejercicios y comprobar su ejecución, el entrenamiento es mucho más y los que practicáis cualquier deporte de manera regular sabéis que no es sólo un trabajo físico, necesitamos también mucha fuerza interior y mucha disciplina mental para entrenar esos días en los que no nos levantaríamos de la cama.
De la misma manera, como entrenadora personal, no sólo estoy pendiente de tu técnica o tus movimientos, también presto atención a cómo estás cada día, a cómo te sientes, porque inevitablemente tu estado mental, va a influir en tu capacidad física y en tu entrenamiento.
Durante ésta pandemia que hemos estado viviendo y sobre todo durante el confinamiento, he estado observando muchos cambios en mis alumnos, algunos dentro de lo que consideramos «normal» dadas las circunstancias tan excepcionales, otros…. bastante curiosos a mi criterio.
Pero cuando volvimos a esta «Nueva normalidad» empecé a observar algo en un número de alumnos bastante elevado, que llamó mucho mi atención ya que empezó a surgir cuando ya no estábamos encerrados… La Ansiedad.
Ansiedad en un gran numero de personas que no habían experimentando esa sensación antes, problemas para respirar con normalidad, una especie de nudo en la garganta… etc.
Como os he comentado antes, mi trabajo es algo más que físico, pero aunque me he formado en Mindfulness y he realizado alguna formación de psicología deportiva, no es mi campo y hay muchísimo que se me escapa. Para mi gran suerte colaboro con Pablo Marco Boix, psicólogo especializado en trastornos de la Ansiedad, mindfulness y trastornos de la conducta alimentaria.
Recurrí a él hace pocos días para consultarle acerca del tema, tuvo la amabilidad de contestarme a éstas preguntas que os comparto a continuación y que espero os ayuden.
Entrevista al Psicólogo Pablo Marco Boix Sobre la Ansiedad Post Confinamiento
Maria del Mar: Me estoy encontrando muchos casos de personas que están teniendo problemas de respiración y una especie de nudo/bola en la garganta después del confinamiento ¿crees que es un problema de ansiedad?
Pablo: Si, las dificultades en la respiración o disnea es un signo habitual de ansiedad. Así como el nudo en la garganta, que viene a señalar angustia y frustración. Son estados emocionales muy dados a vivirse en este tiempo de pandemia, ya no sólo por el miedo a contagio y lo relativo a la salud, sino por todos los cambios que provoca esta imprevista situación a nivel social, laboral, económico, familiar, etc.
María del Mar: ¿Por qué viene la ansiedad después del estado de alarma?
Pablo: Siguen siendo tiempos de enorme incertidumbre y la incertidumbre es la principal causa de ansiedad. A su vez, socialmente estamos experimentando un anhelo por la situación de normalidad previa a la pandemia, siendo la nueva normalidad más incómoda de vivir. Por lo que al habernos sometido a un cambio tan drástico y echar de menos la situación anterior, se da una sensación de pérdida que experimentamos prácticamente como un duelo. Un duelo del que poco a poco iremos reponiéndonos.
María del Mar: Además de los problemas respiratorios que te comentaba ¿En qué otra manera nos está afectando la ansiedad?
Pablo: Las dificultades al respirar se pueden acompañar de un estado de nerviosismo sostenido en el tiempo, inquietud motora, problemas de concentración, mareos, cambios de humor e irritabilidad, así como una actividad mental disparada donde abundan las preocupaciones. Todo ello experimentado junto con una enorme sensación de miedo.
Algo que se está dando especialmente en estos tiempos son síntomas de tipo obsesivo: pensamientos negativos que se repiten hasta la saciedad y provocan un gran malestar. A veces estas obsesiones se acompañan de conductas impulsivas dirigidas a paliarlas, que paradójicamente no hacen sino incrementarlas. Son las llamadas compulsiones, siendo habituales las que tienen que ver por ejemplo con la limpieza, hacer comprobaciones y realizar búsquedas de información por internet.
También se están dando casos de gente que para intentar aliviar la ansiedad acaba recurriendo al consumo de alcohol, drogas, alimentos, compras etc. Lo cual supone un problema añadido. Podemos observar en todo ello una serie de indicadores que señalan la necesidad de gestionar la ansiedad y demás dificultades emocionales que la puedan acompañar, para lo que nunca está de más la ayuda de un profesional.
María del Mar: ¿Qué podemos hacer para reducir la ansiedad?
Pablo: Como muy bien indicas en tu pregunta se trata de reducir, no de eliminar la ansiedad. Tenemos que entender que la ansiedad es necesaria para la vida, nos ayuda a reaccionar ante situaciones amenazantes, por lo que deberíamos aspirar a saber convivir con ella. Para ello es fundamental poder gestionar tanto nuestros pensamientos como nuestras emociones en el día a día. Y en esta labor el manejo de la atención, la toma de consciencia y la práctica de la aceptación son virtudes a desarrollar.
Siendo esto lo principal, es recomendable combinarlo con actividades como realizar ejercicio físico asiduamente, el dedicar tiempo a disfrutar de aficiones, momentos de comunicación en buena compañía, disciplinas como la meditación y el yoga, un masaje o un baño relajante, por ejemplo.
María del Mar: ¿Recomiendas el uso de algún medicamento o remedio natural? ¿O sólo sirve para parchear el problema?
Pablo: Tampoco se puede afirmar que el consumo de psicofármacos sea siempre un parche, en algunos casos sirve de ayuda al facilitar que la persona que padece ansiedad de un paso adelante, ofreciéndole la posibilidad de ir desarrollando sus propios recursos a partir de ahí.
Por otro lado, es un hecho que la sociedad actual está sobremedicada y que entre los fármacos más consumidos se encuentran ansiolíticos y antidepresivos. Cuando una persona atraviesa una situación complicada a nivel emocional, la vía fácil es recurrir al médico para que le dispense una receta con algún tipo de psicofármaco.
Cayendo en el error de pensar que el ansiolítico recetado es la panacea y le librará de todo su malestar. Aquí observamos el error a dos niveles: por un lado hay riesgo de desarrollar tolerancia y crear dependencia fisiológica si el consumo se mantiene en el tiempo, además de que se le atribuye exclusivamente al ansiolítico el mérito de la mejoría. Por otra parte la persona que lo está pasando mal no está aprendiendo a gestionar la ansiedad por sí misma, lo que además merma la autoconfianza, fomentándose así actitudes ansiosas.
A este respecto lo idóneo es responsabilizarse y tomar el camino correcto, que en apariencia a veces pueda ser el menos apetecible: desarrollar estrategias de afrontamiento que permitan gestionar la ansiedad. Lo que además de reducirla, aumentará la autoconfianza al vernos capaces de superar la adversidad, además de ser algo que se tiene para toda la vida al tratarse de un aprendizaje que siempre llevaremos con nosotros. Resulta sorprendente lo que se puede lograr una vez se activa el potencial interno que todo ser humano atesora en su interior.
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Como veis conversar con Pablo es siempre una maravilla, aunque sea a distancia.
Tomar acción, responsabilizarse y dejarte ayudar por un buen profesional, mirar adentro y descubrir la fuerza que tienes, es el mayor acto revolucionario y de amor hacia ti mismo que puedes hacer.
Sobre Pablo Marco Boix
- Número de colegiado 13777
- Licenciado en Psicología por la Universidad de Valencia
- Máster en Psicoterapia Cognitivo Conductual
- Máster en Psicoterapia del Bienestar Emocional
- Web de Pablo Marco